Sobre el futuro de nuestra población sobrevuelan tres grandes infraestructuras de comunicación viaria: el controvertido Tren de Alta Velocidad, la Variante Sur Ferroviaria y la Variante Sur.
La oposición del movimiento ecologista al TAV, por el despilfarro económico y el impacto ambiental, es clara y rotunda. Hoy día este proyecto se encuentra en una fase de letargo en la cual los que detentan el poder político y económico tratan de reavivar y finalizarlo a toda costa. En la loca carrera hacia adelante, parados por la crisis, los grandes planificadores se sacaron un plan mágico y alternativo para que el TAV entrase en Bilbao: unir el vial del TAV con la línea convencional de Orduña a Bilbao.
El transporte de mercancías ferroviario atraviesa de punta a punta pueblos y ciudades, lo que con eso conlleva para la población. La construcción de la llamada Variante Sur Ferroviaria para canalizar este transporte desde el Superpuerto tiene que solucionar, entre otros, el problema de su unión con la línea Bilbao Orduña. Las administraciones locales han de defender una solución alternativa que saque del núcleo urbano posibles enlaces.
La Variante Sur de Carretera (SUPERSUR) es otro macro-proyecto que plantea una circunvalación exterior dando solución, teórica, al transporte en el entorno de Bilbao. La apertura del tramo realizado y el flujo de transporte que absorbe han dejado claro que no es una alternativa real. Es necesario, parar este proyecto, evitando el despilfarro de recursos económicos.
Es necesario oponerse al TAV y a conexiones en municipios. Es necesario plantear solución alternativa a la conexión de la Variante Sur Ferroviaria fuera de los núcleos urbanos.
Es necesario oponerse a la SUPERSUR (Variante Sur de Carretera).