Una de las estrategias más efectivas de las empresas químicas y de pesticidas (Bayer, Syngenta o Monsanto) para evitar la prohibición en Europa de los contaminantes hormonales, ha sido amenazar a la Comisión con las cifras de pérdidas inabordables que, según ellos, supondrá la eliminación de estos tóxicos de sus productos. Pero lo que no dicen estas multinacionales es que la presencia ubicua de EDCs en alimentos, juguetes, envases o cosméticos también supone un coste para la sociedad, en cuanto a presupuesto de sanidad destinado al cuidado de las enfermedades derivadas de la exposición a contaminantes hormonales. https://libresdecontaminanteshormonales.wordpress.com/